El camino de baldosas amarillas

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Diana Morales DM Properties
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Como en el título de la famosa canción de la película “El mago de Oz”... ¿Acaso el camino que lleva a la prosperidad está cubierto de baldosas de oro? De alguna forma debe ser así, pero exactamente cuál es el mejor camino a escoger es algo sobre lo que no todo el mundo está de acuerdo, de no ser así todos optaríamos por hacer lo mismo y al final no llegaríamos a nada.

Así es como funcionan los mercados. Cuando hablamos de estrategias de inversión ó de gestión de patrimonios, no hay una única verdad absoluta porque casi todo lo que ocurre depende de movimientos relativos de fondos, que a su vez son el resultado de millones de decisiones individuales tomadas por personas que van desde los Rothschild hasta el ciudadano de a pie.

Lo mejor que se puede hacer es estar bien informado, ser racional, mantener la sangre fría, y no dejarse llevar por la avaricia; porque la avaricia es la responsable de muchas malas inversiones cuando nos hace perder la cabeza y adoptar una actitud demasiado temeraria. La gente es más susceptible de sucumbir a ella en periodos de crecimiento y optimismo, exponiéndose a transacciones demasiado arriesgadas o saltando al terreno de juego demasiado tarde, cuando el mercado ya se está ‘recalentando’ (como dicen los expertos) - entonces se encuentran comprando en un mercado de vendedores, donde la oferta supera la demanda. En tales momentos, cuando los mercados están a la baja y reina la incertidumbre, la gente se vuelve más prudente, evitando invertir en bolsa, en inversiones emprendedoras e incluso en el mercado inmobiliario y decantándose a favor de la solidez de otras fuentes de riqueza como el oro. El precio en alza del oro, que ha alcanzado una cifra sin precedentes de 1.800$ por onza, dice mucho de los tiempos que corren, pero…. ¿Es el oro realmente la mejor inversión en estos momentos ó es un mercado que también se está recalentando demasiado?

Oro contra Ladrillo
Los inversores se refugian en el oro cuando sienten que otras fuentes de inversión más convencionales no van a conservar su valor, y mucho menos aportarles beneficios. Aunque la solución de invertir en oro es una medida que está más que probada, no todo el mundo está de acuerdo en que sea tan eficaz como refugio y valor seguro contra la inflación, ya que su propio valor puede estar sujeto a grandes e inesperadas fluctuaciones. Las reacciones viscerales a las condiciones del mercado son comprensibles entre los inversores menos experimentados, no contribuyen nada a mejorar las cosas y de hecho habitualmente las empeoran, pero hay muchas razones por las que ahora puede ser un buen momento para dejar de invertir en oro y hacerlo en otros valores.

¿Por qué será que la mayoría de la gente invierte en el ladrillo en tiempos de boom económico en vez de épocas de recesión? Simplemente porque esos momentos de auge generan mejores oportunidades de trabajo, acumulación de capital a través de iniciativas de negocio y especulación, aumentos de patrimonio y grandes beneficios en la venta de propiedades, todos ellos contribuyen a mover el mercado y con ello aumentan los ingresos, ahorros, hipotecas y préstamos, así como las ventas inmobiliarias. Todas estas condiciones son ideales desde el comienzo del boom hasta el momento en el que el mercado se recalienta - es decir, cuando los precios están sobrevalorados, el crecimiento económico se está ralentizando, la oferta se ha equiparado e incluso superado la demanda y se ha acumulado demasiada deuda.

La siguiente etapa es el estallido de la burbuja, y aunque esto suele ser una parte provisional y reparadora del ciclo económico, nadie quiere quedarse con el muerto cuando eso ocurre. El mejor momento para invertir es justo cuando la recesión ha tocado fondo y se empiezan a vislumbrar los primeros brotes de recuperación, y el mejor momento para retirarse es cuando el crecimiento ha llegado a su punto álgido y justo antes de que empiece a caer. Muchos agentes de bolsa y especialistas en inversión bromean diciendo algo así como que cuando el vecino de al lado se pone a invertir es el momento de que los verdaderos inversores se retiren. Aunque pueda parecer arrogante, no por ello es menos cierto. El problema es que suele ser muy difícil percibir el final de una recesión y el comienzo del nuevo ciclo de crecimiento, mientras que es más fácil reconocer el recalentamiento del mercado pero hace falta disciplina para retirarse, lo que nos lleva de nuevo al tema de la avaricia.

Para invertir sabiamente y con seguridad debemos estar dispuestos a sacrificar una pequeña parte del beneficio ó de lo contrario nos arriesgamos a perder mucho más si no nos bajamos del tren a tiempo. Cuando el tren se estrella, vemos cómo la mayoría intenta salir corriendo para pasar por caja y cobrar sus ganancias en lingotes de oro. El problema es que en el mercado inmobiliario es mucho más difícil deshacerse del exceso de carga en un mercado lento, donde una venta rápida es a costa de evitar pérdidas mayores. Sin embargo, este ciclo de recesión está tan avanzado que hemos llegado a un punto en el que el oro está en peligro de convertirse en una materia prima “recalentada”. Su relación inversa con el crecimiento económico significa que mientras todo lo demás ya se está enfriando, el precio del oro sigue en ebullición, sobre todo en una época de cambios e incertidumbre política como la que estamos viviendo.

Lo que nos lleva de nuevo al tema del ladrillo. El mejor momento para salirse del mercado inmobiliario fue cuando se convirtió en un mercado de vendedores y los precios se dispararon de una manera especulativa, es decir, cuando el precio superó el valor real ó intrínseco. En tales momentos uno siempre debe vender, no comprar, a no ser que seamos uno de esos inversores habilidosos que puede comprar y vender a velocidad de vértigo. El tema es que ahora es uno de los mejores momentos para comprar propiedades, ya sea como inversión a medio-largo plazo ó para uso personal, en cuyo caso también somos inversores a largo plazo. Es mucho más lógico que el oro suba y baje de nuevo a que siga subiendo mucho más y mientras que el precio de la vivienda ha dejado de caer en su mayoría, sigue siendo una buena inversión en un mercado en el que el valor real ha salido de nuevo a la superficie para permitir una futura revalorización. Después de todo, el suelo es un bien tan limitado ahora como siempre, así que el viejo dicho sobre la solidez del cemento y el ladrillo sigue siendo cierto mientras que sepamos dónde y cuándo comprar.

Diana Morales, 15 Sep 2011 - Noticias

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