Las luces de Málaga
Muchos de los residentes extranjeros y los visitantes habituales en la Costa del Sol que nunca o casi nunca han visitado Málaga se están perdiendo una gran oportunidad de conocer esta vibrante ciudad que está mejorando todo el tiempo.
Como centro de origen del turismo en el sur de Andalucía en los años anteriores al nacimiento de la Costa del Sol, Málaga captura la verdadera esencia de una ciudad mediterránea. Esto es especialmente cierto en verano pero sería erróneo pensar que el antiguo puerto no tiene nada que ofrecer durante el invierno andaluz.
Así, que decidimos ir a ver las luces de Navidad de la famosa ciudad con su largo paseo de La Alameda adornado de luces para celebrar las festividades. El espectáculo que se ofreció a nuestros ojos al salir del aparcamiento de La Alameda justo al empezar a anochecer superó nuestras expectativas. Málaga se merece un reconocimiento a nivel nacional por su iluminación de Navidad, por su decoración de colores vivos que se extiende por todo el paseo y por las diferentes calles y zonas peatonales en la forma de una estrella brillante.
Ver ese espectáculo desde la cubierta elevada de alguno de los cruceros atracado en el puerto deber ser maravilloso pero también es verdaderamente memorable observarlo desde el nivel del suelo ya que ofrece una perspectiva brillante de color a todo lo largo de la avenida de las palmeras y las calles comerciales de los alrededores. Mire a la izquierda y verá luces doradas que desaparecen en la distancia, mire a la derecha y verá el rojo y azul que enmarcan la vista hacia la gran rotonda cerca de la plaza de toros. Más adelante y subiendo por la calle Marqués de Larios –una de las mas bonitas de Andalucía- verá elegantes luces blancas y de color lavanda. En medio hay un Belén gigante hecho de plantas y flores.
El ambiente de Málaga
No habrá nieve pero el bullicio feliz a su alrededor le hará sentir el ambiente festivo de todos modos. La gente que hace compras se mezcla con los viajeros y aquellos que simplemente han salido para reunirse con amigos en bares y cafés, de esa manera típicamente española. Abriéndonos paso entre la gente nos dirigimos hacia el lado oeste de la Alameda a un lugar bastante singular. Al igual que la mayoría de las ciudades y pueblos españoles, Málaga no tiene escasez de cafés pintorescos y de moda y bares de tapas, pero la antigua Casa de Guardia es un poco más auténtica que la mayoría.
Fundada hace más de un siglo y medio, se ha mantenido prácticamente sin cambios desde entonces, convirtiéndose en un icono de la ciudad. En cuanto uno se adentra en el local comprende como debe haber sido en el pasado con su suelo de baldosas de piedra, paredes con detalles de decoración y muebles de madera aún intactos. El bar es de alguna manera inferior a lo que estamos acostumbrados hoy en día, con una barra de pizarra en la que los camareros registran un pedido y preparan una cuenta- que es muy razonable por cierto.
Aunque popular entre los turistas, sigue siendo un lugar predominantemente frecuentado por los lugareños. La Casa de Guardia es un lugar único en el mundo que sobrevive a las tendencias de decoración y las modas. El aire está lleno de un ambiente auténtico pero en el más puro estilo malagueño no hay un silencio reverente, sino más bien un zumbido alegre. No espere encontrar un estante con bebidas detrás de la barra - aquí habrá de elegir su bebida entre una amplia selección de vinos locales Dulce Málaga, contenidos dentro grandes barriles apilados contra la pared. Una de las cosas con más encanto es la oficina o despacho que hay en local, y es una estructura de madera que se parece a una taquilla de la antigua estación del ferrocarril.
Siguiendo el olfato
Ya sintiéndonos calentitos, nos aventuramos por las calles detrás de la Alameda. Aquí encontramos tiendas modernas que conviven con las antiguas en una armonía perfecta y que se suman al corazón y encanto del centro antiguo de Málaga. Podemos guiarnos por nuestro olfato y seguir cualquier dirección y disfrutar del paisaje y la atmósfera antes de tropezar con un acogedor bar de tapas o un restaurante, pero cruzamos la elegante calle Marqués de Larios en dirección a la catedral y en el camino encontramos otro de los lugares clásicos de la ciudad: El Pimpi.
Sólo una puerta en una de las muchas calles con encanto en el centro histórico de Málaga, El Pimpi te lleva a través de un patio a un animado bar en el estilo clásico andaluz con varios comedores. Decimos comedores pero en realidad estos se parecen a un bar de tapas y menos a un restaurante. Como un clásico muy querido, El Pimpi es muy popular y por lo tanto tiende a estar lleno, por lo que hay que tener mucha suerte para poder sentarse a una mesa y poder apreciar la decoración y el ambiente mientras estudias el menú. Auténtico y fiel a sus orígenes, El Pimpi ofrece los clásicos aperitivos y tapas andaluzas, con especial énfasis en pescados y mariscos.
Disfrutará de una copa de fino, de vino o cerveza porque en El Pimpi todo se hace bien. Los camareros, del mismo modo, son amables y eficientes y las camareras visten ropa tradicional andaluza. La autenticidad del lugar asegura que nunca se sienta como una trampa para turistas, algo en lo que se basa su popularidad entre los lugareños. Ellos no están solos, basta con mirar las fotos firmadas en la paredes del bar lo atestiguan. Allí entre las muchas celebridades españolas y los miembros de la alta sociedad del país también se encuentran actores, autores y políticos internacionales, entre ellos Tony Blair.
Si dispone de mas tiempo, Málaga ofrece mucho más para explorar y experimentar, pero un viaje de noche habrá de completarse con un paseo más allá de la gran catedral iluminada, cuyo imponente tamaño y arquitectura harán recordar a los paseantes y juerguistas los verdaderos orígenes y el significado de esta fiesta que a menudo es eclipsado por su aspecto más comercial. Ahora la gente que vuelve del trabajo ha sido sustituida por aquellos que hacen compras y por los que visitan la ciudad creando una atmósfera que es festiva y animada pero que no intimida mientras uno camina entre cafés y restaurantes llenos de gente. El clima era tan benigno que muchos se sentaban en las terrazas- un estilo de la Navidad que es único de este rincón de Europa.
Las luces de Málaga se mantienen encendidas hasta después de la fiesta de Reyes el 6 de enero.
Diana Morales, 29 Dic 2011 - Estilo de vida - Noticias
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